Un pingüino en mi...

Soy fan de los pingüinos. Siempre tan elegantes, vestidos de etiqueta... además, me resulta tan curioso lo de que elijan una pareja y la mantengan hasta el final de sus días... ¡¡son tan monos!!

Y es que, con la fama que tienen otras aves (ya sabéis los dichos, eres más pu*a que las gallinas, eres más ma*ri*ón que un palomo cojo....), me agrada verles a ellos tan fieles, tan preocupados por la familia, por sus hijos...

Un día leí un libro que narraba la historia de un escritor ruso que adoptaba, como animal de compañía, un pingüino deprimido. ¡Pobrecito! ¿Puede haber un relato más triste? Le voy a pedir a Manu que me lleve al zoo a ver algunos... (pero que luego me traiga de regreso a casa, no sea que me deje por allí y me pille un tigre y.... aish, no quiero ni imaginármelo, horror!)