Si el extrés difumina tu vida... Actimel!

He visto en las noticias que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha condenado a una empresa a indemnizar con 141.694 euros a uno de sus trabajadores por no adoptar medidas ante el estrés laboral que sufría. Me parece fenomenal, ¡bravo!. Es que hay cada jefe por ahí... ¿por qué casi siempre el que manda es el más inútil? (esta frase no es mía, la he oido en muchas cenas por ahí, se comenta, se dice, se rumorea...)

Aunque creo que es una sentencia anecdótica (no me imagino a todo el mundo que sufre estrés en su trabajo ni yendo a poner denuncias -hay que echarle valor para enfrentarse a una empresa- ni obteniendo el mismo éxito), me parece que está bien que por fín se reconozcan los derechos de quienes lo pasan realmente mal en su trabajo... y no creo que todo ese dinero compense los agobios y malos ratos sufridos... o quizá si, pensándolo mejor... Ya que te las hacen pasar canutas (p***s no lo puedo escribir, por si hay niños leyendo), por lo menos que te recompensen y te puedas dar una alegría o tapar algún agujerillo...

A todos nos toca trabajar en cosas que nos gustan más o menos (excepto a Miss Beckham, que con leer primeras partes de libros tiene bastante). Yo no me puedo quejar, tampoco tengo mucho trabajo. A veces me hacen dar vueltas por el piso encerrada en una bola rosa, lo cual al principio me resulta agradable, pero si me dejan mucho tiempo me empieza a agobiar. Y claro, me extreso. Tanto, que tengo ganas de vomitar y hasta salgo difuminada en las fotos (como véis) cuando intento escapar de la bolita.

Pero eso no es nada que no cure un Actimel al día y sus cientos de L Casei Imunitas... Si te lo tomas, dejas de estar transparente, que lo he visto yo en la tele... En el fondo, mi jefe me quiere.