La vida según Balah

Ni la actualidad, ni los sueños, ni los amigos, ni las fantasías... se ven igual detrás de unos barrotes. Balah es un hamster hembra pequeño, muy inquieta, pero con una gran capacidad de análisis de la realidad, de la actualidad, de la vida en general. Ahora tienes acceso a sus pensamientos, retoma el testigo que dejaron en su día Gnocchi y Zucco y continúa alimentando el primer blog creado por roedores en Internet...

27 octubre 2005

Las cosas de palacio van despacio


Cómo cambian las monarquías... Ahí tenéis a Camomila Parker-Bowles, ahora condesa de Cornwell, luciendo por primera vez una diadema de diamantes de Isabel II en una cena de gala ofrecida en Buckingham Palace en honor del rey Harald de Noruega. ¡Y yo que pensaba que se llevaba mal con la fría y pétrea Reina (unida)!

¿Se la habrá reblandecido el corazón a base de mojarlo en agua de lluvia londinense? Parece que los meses de matrimonio entre Carlos y Camomila han servido para que mejoren las relaciones entre suegra y nuera... Si ya lo dice el refrán, las cosas de palacio, van despacio, y aquí ha pasado bastante tiempo hasta que la Reina Isabel II ha ido aceptando, a regañadientes, a quien su hijo no pudo olvidar, incluso por encima de Lady Di, que en paz y con Dodi descanse.

Se me vienen a la cabeza numerosos chistes macabros, así que cambiemos de tema. A la citada cena también asistieron los príncipes noruegos, Haakon y Mette-Marit. Me declaro fan absoluta de Haakon, de hecho, la próxima vez que tenga un hijo, le pondré su nombre. ¡Qué saber estar! Ay, si en lugar de escoger a la Mette-Marit esa me hubiera elegido a mí, con lo que me gustan los nórdicos! ¿Por qué no? Antes de ser futura reina de Noruega ella iba por las fiestas bebiéndose hasta las botellas de Fairy y enseñando sus senos al libre albedrío...

.... Y yo también lo hago, no tengo ropa alguna en el armario con la que ocultar mi esbelta figura y, si es por beber, me tomo lo que haga falta, que yo ya soy tratada día a día como una reina, pero me gustaría tener un título oficial como tal. O al menos, que me dejen ponerme alguna vez una diadema de diamantes de esas... ay! (suspiro de nuevo) ¿llegará próximamente mi Príncipe Azul? ¿Cómo le reconoceré?. Hociquitos para todos.