Me quiero ir a vivir a Toronto

Toronto es como una madriguera pero en grande. Yo me quiero ir a vivir allí. Lo mismo hay más urbes de este estilo, pero de momento, es la única que conozco y me parece alucinante. ¡Nunca pararía de recorrerla!

Ruth me ha contado que como los inviernos allí son muy duros, la ciudad cuenta con una red subterránea de pasillos y comunicaciones llena de tiendas y servicios, de más de 27 kilómetros, que une centros comerciales y los puntos clave de la ciudad, ¡impresionante!. Durante los inviernos, la gente vive como nosotros, los hámster, en cavidades bajo tierra para protegerse del frío... y pueden pasarse días enteros sin salir al exterior! Como a mí me gustaría hacer, con lo friolera que soy!

Esa red se llama PATH (http://www.toronto.ca/path/) y en el libro Guinness de los récords aparece como la mayor área comercial del mundo. ¡Tiene más de 370.000 metros cuadrados y más de 1.200 tiendas! ¡El paraíso de las compras! Yo no sabría por dónde empezar (bueno, ni yo ni Isabel Preysler -por cierto, que ya podía invitarme un día a un Ferrero Rocher de esos, si quiere, yo me paso de sorpresa por su jardín-), menos mal que tengo los dos carrillos de mi cabeza para llenarlos de comida y otras miles de cosas que me compraría allí en Toronto!

En fin, os voy a dejar por hoy. Voy a llamar a la embajada canadiense para ir tramitando mi visado. Después de esto y de saber lo del programa de televisión presentado por un hámster, creo que debería plantearme vivir allí una temporada. ¡o toda la vida!... Además, lo mismo mi príncipe azul tiene forma de ardilla y lo encuentro por aquellas tierras! ¡Viva la fusión amorosa entre especies! Chau chau...