He tenido una pesadilla

Acabo de despertarme, me sudan las patas, me tiemblan las orejas, tengo los bigotes de punta... He tenido una pesadilla terrible. Mirad la foto. Ese gato me perseguía por toda la casa, Manu estaba durmiendo y había dejado la jaula cerrada, yo corría detrás del sofá, me subía por las estanterías, intentaba alcanzar la lámpara, pero nada, el suelo cedía y se abría a mis pies una y otra vez hasta que yo me caía junto a las garras de esta enorme bestia... conseguía escabullirme, pero tenía que salir corriendo antes de que me rebanaran la colita de un zarpazo, buscando con angustia un lugar seguro...

Todavía me late el corazón, no sabéis lo mál que lo he pasado... La culpa de todo la tienen las últimas películas que he visto en cine. Si, si, debo ser uno de los primeros hámsters que han pisado una sala de cine... Cada vez que veo que Manu va a irse a ver una peli, me escondo en la capucha de su abrigo sin que se de cuenta y me cuelo en la sala, ¡y sin pagar!.

Pero es que los últimos títulos han sido de traca... Frágiles, La Monja, Resurrección... películas de miedo entre comillas, porque son tan malas que más que miedo lo que sugieren es aburrimiento, sueño, impotencia, rabia... Pero claro, algún sustillo sí que te pegas y yo soy tan sensible que mi subconsciente debió sobresaltarse tanto que ha decidido asustarme con la misma moneda.

Creo que necesito un atracón de chocolate para reponerme del susto. ¡Menudo bicho!. ¿Alguien me da un abracito? ¿Quién me acaricia detrás de las orejas para que se me pase?